ALBERTO REGUERA

El Aura de la Pintura

1990-2015

5 de febrero – 29 de mayo 2016

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Oceans, 2011

El Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, presenta la exposición ALBERTO REGUERA. El Aura de la Pintura, 1990-2015, que podrá visitarse hasta el 29 de mayo de 2016.

Esta exposición supone la primera gran retrospectiva que se realiza en España de este artista que, aunque nacido en Segovia, comparte su tiempo entre Madrid y París y, últimamente, también en Asia.

A través de una selección de obras, desde el año 1990 al 2015, veremos la evolución de la obra de este artista que, si bien hunde sus raíces en su admiración por los pintores representantes de la Abstracción Lírica Francesa de los años 50 (Schneider, Tal-Coat, Olivier Debré), también se palpa una mirada hacia el expresionismo abstracto americano, especialmente hacia la corriente Color Field Painting, y a sus referencias estéticas a autores como Monet, Turner y Claudio de Lorena.

La exposición pretende mostrar su particular manera de concebir el paisaje, leit motiv de la muestra, a través de las distintas vertientes por las que navega su trabajo: la pintura, la instalación pictórica, la expansión de sus obras sobre otros soportes (pintura en expansión), la fotografía y el vídeo. Se incide así en la transición, evolución e interacción de los distintos soportes, a través de un recorrido en el que el paisaje y el volumen, ayudan a expandir la obra tanto física como visualmente.

Reguera concibe las obras con el objetivo de transmitir profundidad visual y volumen. La superposición de pinceladas y de cromatismo, pretende crear distintas instantáneas visuales en una misma obra, en un mismo espacio, provocando al espectador que bucee en unas zonas más que en otras. Cada pieza contiene distintos ritmos visuales, más o menos álgidos, conviviendo de manera equilibrada en la misma obra. De esta manera, una misma pieza difunde diferentes “resonancias cromáticas”, distintas vibraciones matéricas. Así genera volumen, no solo a través de la zona epidérmica del cuadro, sino también desde su interior.

La combinación de la fuerte presencia física de la obra –debido a su carga matérica-, junto a la resonancia cromática, provoca que estas piezas trasciendan sus límites físicos, expandiendo visualmente la obra. La obra abarcaría así, también, el aire que le rodea y que envuelve al espectador cuando se trata de grandes formatos. Esta circunstancia es la que lleva a Reguera a expandir físicamente algunas de sus obras, a pintar “el aura de la pintura”, a hacerlo físico, a crear “pinturas en expansión”.

La exposición se distribuye a lo largo de las tres primeras salas del Museo. Un primer espacio acoge piezas de gran contundencia, que por su marcada intensidad lumínica y por la fuerza de su textura, tienen autonomía propia sin necesidad de apoyarse en otras de la misma serie.

En las otras dos salas, se establece relaciones entre las obras, de manera que se combinan piezas muy opuestas cromática y formalmente, generando contrastes y relaciones de fuerza entre ellas. Jugando con la asimetría en el montaje, se pretende demandar la atención del espectador. En otros casos la combinación de obras se logra creando una secuencia, a modo de paisaje de pinturas, donde una obra dirige nuestra mirada a la siguiente, en un juego de unidad visual, de ritmo armónico y lineal. La pintura, desprendida del muro, encontrará un lugar donde convertirse en instalación pictórica y que interactuará con el espectador de manera que éste, puede rodearla visual y físicamente.

Una parte de la muestra está dedicada a la faceta como fotógrafo del artista. Alberto Reguera concibe la fotografía como un instrumento previo de creación, es algo así como un “boceto mental”, un reflejo del paisaje externo que reconstruye, con su trabajo, en paisaje interior. Esta sección se completa con la inclusión de un vídeo en el que Reguera, situado frente a un paisaje, selecciona un instante que le provoca una sensación y lo convierte en pintura en movimiento.

Como complemento a la exposición, se incorpora un área de documentación en la que se muestra la colaboración, en Poemas de la última mirada, entre Alberto Reguera y el poeta Francisco Pino, así como una selección de cuadernos de viaje del artista con dibujos originales.

Video de la exposición

Vídeo de la Actividad Efímeras pinturas en expansión