ZURBARÁN, JUAN GRIS, ESTEBAN VICENTE

Una tradición española de la modernidad

28 de enero – 23 de marzo 2003

Esta exposición, la primera de las programadas en el centenario del nacimiento de Esteban Vicente, pretende ser un homenaje en el que se refleje su pensamiento artístico. El pintor manifestó en repetidas ocasiones sentirse heredero de una serie de maestros de la pintura española que conforman una cierta tradición. Una tradición que entronca también con la literatura mística, con Cervantes, con un acendrado interés por la realidad como punto de partida hacia la transcendencia. En el terreno de la pintura, podríamos caracterizarla por la presencia de la luz, la armonía cromática y un tipo de composiciones angulosas y austeras. Dos de sus miembros más destacados serían, a juicio de Esteban Vicente, Zurbarán y Juan Gris, a cuyas obras dedicó páginas penetrantes, que son también reveladoras acerca de su propia pintura.

Respecto de Zurbarán (1598-1664), Esteban Vicente escribió: «Veo en su obra cualidades que representan para mí lo místico: quietud, reposo, silencio interior, pasión, energía» -palabras, por cierto, que bien podríamos también aplicar al lenguaje de madurez del propio Vicente-. Y refiriéndose a Juan Gris (1887-1927), señala: «En esencia, la obra de Juan Gris me recordó a la de Zurbarán… Su austeridad y sobriedad son semejantes, como lo son el ascetismo, la quietud, la luz blanca, la intimidad, el enclaustramiento». Antonio Bonet Correa, comisario de esta exposición, nos recuerda cómo en una época marcada por el tenebrismo en la pintura, Zurbarán «realizó una obra de colores suaves y limpios, de luminoso resplandor y claros fulgores». Un mundo silencioso y sagrado, opuesto a la negrura y la densidad matérica característica de lo que se considera la veta brava del arte español. En cuanto a Juan Gris, subraya sus formas puras, el estilo riguroso, las líneas nítidas, la gradación cromática, los ritmos acompasados y la dinámica coherencia de sus cuadros. La personalidad de Gris, tan humilde como profunda, creó una obra ante la cual el crítico francés Maurice Raynal escribió: «sentimos una especie de emoción profunda y grave, casi religiosa». Finalmente, comentando los cuadros de Esteban Vicente, Bonet Correa señala que el pintor gusta de atenuar el contraste entre lo claro y lo oscuro y realiza una pintura luminosa de campos de color de una armonía clásica. Tan diferente, dice, de la de sus compañeros de la Action Painting o, en la pintura española, de Antonio Saura, como pudiera estarlo Zurbarán de su contemporáneo Valdés Leal.

Así pues, esta exposición, integrada por un conjunto selecto y reducido de obras, propone un diálogo a través de los siglos, que pretende mostrar cómo la preocupación por el aspecto material de la realidad puede estar en el origen de obras que utilizan lenguajes artísticos tan diferentes como el Naturalismo, el Cubismo o la Abstracción.

Con el patrocinio de Caja Madrid. Obra Social