DALÍ EN LAS COLECCIONES ESPAÑOLAS
9 de octubre 2001 – 6 de enero 2002
Dalí en las colecciones españolas, de la que es comisario Francisco Calvo Serraller, está compuesta de treinta y cuatro cuadros, procedentes de las colecciones públicas que cuentan con obras del pintor, junto con las procedentes de trece colecciones particulares. El conjunto es un recorrido antológico a través de sus distintas etapas creativas, desde 1919, cuando Dalí contaba quince años, a 1982 en que tenía setenta y ocho.
Junto con obras que seguramente sorprenderán al espectador, en otras encontrará muchos de los rasgos que reconocemos como característicamente dalinianos: relojes blandos, rostros compuestos o asociaciones de elementos incongruentes plasmados con dibujo virtuoso. La excelente representación de su primera época nos muestra a un Dalí enamorado del paisaje del Ampurdán, que se aproxima a ese mundo cotidiano mediante un lenguaje plástico que remite al Puntillismo y el Impresionismo, recursos que conoció de primera mano, gracias a su amistad con el pintor Ramón Pitxot. Cadaqués (c. 1919) y Paisaje de Cadaqués (1920-1921) son excelentes ejemplos de ello. Dalí ingreso en 1921 en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, alojándose en la madrileña Residencia de Estudiantes, donde inició una estrecha amistad con creadores como Federico García Lorca y Luis Buñuel. De aquella época son obras como Gitano de Figueras (1923) o Sifón y botella de ron (1924), un cuadro que regaló a García Lorca y que aparece en varias fotografías de la época colgado sobre la cama del poeta. En la década de 1920 se produjo en el arte europeo un reflujo hacia el clasicismo, la denominada «vuelta al orden». Dalí fue sensible a ese movimiento, aquí ejemplificado en cuadros como Desnudo, Desnudo en el agua y el famoso Muchacha en la ventana, los tres de 1925. Aunque el pintor se había interesado ya por el Surrealismo, a través de la lectura de revistas españolas de vanguardia, es en sus dos viajes a París, en 1926 y 1929 -éste último con motivo del rodaje de Un perro andaluz, película dirigida por Luis Buñuel en cuyo guión había colaborado-, cuando Dalí se impregna de dicho movimiento. A este momento pertenece la obra Bodegón al claro de luna (1927).
Su expulsión de la Academia de San Fernando y la formulación del método paranoico-crítico, marcan el inicio de su carrera solitaria y original, en la que desarrollará un estilo propio dentro del Surrealismo. Influido por los vastos espacios abstractos y deshabitados de Tanguy, pronto comienza a combinarlos con una figuración realista de enorme precisión, al servicio de composiciones chocantes por lo incongruente de sus elementos. El eco del vacío (1935), Violetas imperiales (1938) o La imagen desaparece (1938) son ejemplos de ello y, sobre todo, Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar (1944). La larga estancia de Salvador Dalí en los Estados Unidos, de 1940 a 1948, supuso la consolidación definitiva de su reputación, llevando a cabo importantes trabajos como publicista y decorador, y colaborando con cineastas como Hitchcock o Walt Disney. También en los Estados Unidos comienza a sentirse atraído por los nuevos descubrimientos científicos: la energía atómica, el ADN y la holografía. Muchas de sus obras posteriores muestran huellas de esa fascinación, mientras que va elaborando su teoría del «misticismo nuclear», por ejemplo: Equilibrio intraatómico de una pluma de cisne, A la búsqueda de la cuarta dimensión (ambas de 1947) o Cabeza bombardeada por granos de trigo (Cabeza corpuscular sobre la aldea de Cadaqués) (1954). Desde el regreso definitivo a España, en 1950, Dalí se siente cada vez más atraído por la tradición espiritual española, encarnada en la obra de Zurbarán y Murillo. Rosa meditativa (1958) sugiere esa influencia. Como otros grandes artistas, Picasso, por ejemplo, al final de su vida Dalí se sintió en la necesidad de ofrecer su versión personal de algunas de las obras de los maestros del pasado. Dalí de espaldas pintando a Gala de espaldas eternizada por seis córneas virtuales provisionalmente reflejadas en seis verdaderos espejos (1972-1973), Mercurio y Argos (1981) y El guerrero o Los embozados. Según Lorenzo de Médici de Miguel Ángel (1982) son cuadros inspirados en obras de Velázquez o Miguel Ángel, que Dalí convierte en propios incorporando la tradición a su propio lenguaje pictórico.