ESTEBAN VICENTE

Colección Permanente

22 de julio – 21 de septiembre 2003

Con motivo del Centenario de Esteban Vicente, el Museo presenta completa, desde el 22 de julio al 1 de septiembre, su Colección Permanente.

Aunque paralelamente a las Exposiciones Temporales el Museo ha ido ofreciendo distintas elecciones que resaltaban ciertos aspectos de la obra de Esteban Vicente, la Colección no se había expuesto completa desde hace más de tres años y medio, y constituye una oportunidad para hacer un recorrido antológico por las distintas etapas de la trayectoria artística del pintor y comprender mejor su evolución.

Además del centenar y medio de obras que forman la Colección, se puede contemplar por vez primera el cuadro Sin título, 1956, quizá uno de los mejores de esa época, recientemente incorporado a la misma. Se trata de un magnífico óleo, representativo del período en que la pintura de Esteban Vicente se decanta por composiciones que sitúan en el centro un conjunto de formas geométricas, deteniendo y ordenando el movimiento que predominaba en sus cuadros de comienzos de la década. La textura juega también un papel importante, resaltando la densidad del material y haciendo visible la pincelada.

Además de este cuadro, se exhiben las dos obras incorporadas en el pasado mes de marzo: Before Harvest (Antes de la cosecha), de 1999 y Sin título, 2000 –el último cuadro realizado por el pintor-. Ambas reflejan su evolución hasta el final de sus días, plasmándose en ellas, sin merma de calidad, la depuración de una larga experiencia.

Después de haber mostrado durante este año del Centenario el ideario estético de Esteban Vicente a través de la exposición Zurbarán, Juan Gris, Esteban Vicente. Una tradición española de la modernidad, y de haber profundizado en su época de formación, antes de su marcha a los Estados Unidos, en Luz entera. Esteban Vicente y sus contemporáneos, 1918 – 1936, nos parecía imprescindible volver a contemplar el conjunto de su obra, en esta Colección que abarca desde 1925 a 2000. Es decir, desde su época de pintor figurativo, en la estela del postcubismo y el postimpresionismo, en las décadas de 1920 y 1930, a su obra como pintor abstracto, miembro desde el primer momento de la Escuela de Nueva York.