ESTEBAN VICENTE DIBUJOS 1920-2000

30 de marzo – 14 de noviembre de 2010.

De entre los comentarios realizados por Esteban Vicente acerca del oficio de pintor y en torno al proceso de la creación, hay varios que reflejan la importancia que el artista dio, por un lado, a la práctica del dibujo como disciplina autónoma, así como, por otro, a la línea y al trazo como elementos vertebradores de las formas, independientemente del soporte utilizado en cada ocasión. En este sentido, pudiera sorprender en un principio el hecho de que un artista que hizo de la luz y el color sus medios de expresión favoritos, fuera capaz de dejar al final de su vida tanta producción dibujística y de exigir en repetidas ocasiones la necesidad de dominar esta técnica.

Esa insistencia en la necesidad de cultivar esta disciplina residía en el hecho de que para Esteban Vicente el dibujo era la herramienta a partir de la cual el artista indagaba en la realidad, hasta llegar a capturarla. Es más, en su opinión, dibujar era la mejor manera de investigar el medio circundante y, en la misma medida, de mejorar su capacidad de visión como creador. Habría en la práctica del dibujo algo de fijación de las formas y también de revelación, en el sentido de descubrimiento, de todo aquello que en un primer momento pudiera pasar inadvertido para el artista de esa realidad que constituía su fuente principal de alimentación, independientemente de la reelaboración a la que, posteriormente, todo ello pudiera ser sometido por su parte.
Presentamos dibujos de Esteban Vicente realizados durante 80 años de su trayectoria, muchos de ellos inéditos hasta el momento.
En una ordenación cronológica se distingue al pintor en sus años de formación en España y Francia antes de trasladarse a Estados Unidos en 1936; en los años 40 se observa un periodo convulso de indagación constante dónde destacan los ejercicios cubistas, recientemente descubiertos; por último su obra plenamente madura asimilada al Expresionismo Abstracto de la Escuela de Nueva York desde los años 50 hasta nuestros días.
Emociona la manera en que las diferentes secuencias permiten al espectador adentrarse en su proceso de creación artística. Particularmente esclarecedoras son las series dedicadas al desnudo femenino, que se prolongan hasta finales de los años 60. Igualmente aquellas en las que se observa el proceso de depuración y despojamiento hacia la creación de un mundo propio y fulgurante, de paisajes interiores con formas orgánicas o geométricas que flotan en una atmósfera serena. Paisajes en dónde las formas y los huecos adquieren, en ocasiones, la misma densidad y en los que laten los diferentes ritmos del universo.

Con el patrocinio de Junta de Castilla y León.