GOTTLIEB ESCULTOR
8 de junio – 3 de septiembre de 2006
Adolph Gottlieb (1903-1974) es un artista norteamericano expresionista abstracto de la Escuela de Nueva York. Sus obras están a medio camino entre Europa y los Estados Unidos, a caballo entre el arte de los grandes maestros, el arte tribal y el de las vanguardias.
A partir de ahí desarrolló un estilo propio, muy cercano, por otro lado, a Rothko, Smith, De Kooning, Reinhardt o Newman. Con todos ellos compartía la firme idea de que la obra del arte es más auténtica cuando se somete al puro gesto, color y movimiento. Liberada de reproducir las formas existentes, se dedica así exclusivamente a investigar esos elementos que definen su verdadera esencia.
Todo esto fue la base de una de las más importantes revoluciones del arte del siglo XX.
Durante el corto tiempo en el que dedicó a la escultura, Gottlieb transpuso los elementos del cuadro
a las tres dimensiones. Sobre superficies verticales, equivalentes al plano pictórico, y mediante formas recortadas que se interseccionan, componía esculturas que utilizaban los mismos elementos de los cuadros, pero aquí ya liberados de la pared. Utilizó una gama muy breve de colores: naranja,
amarillo, verde y negro, aplicados con pincel sobre formas hechas a mano.
Como en su pintura, las esculturas también hacen referencia a la naturaleza. Si en los cuadros retoma la convención pictórica del paisaje, es decir, una línea horizontal que parte en dos el lienzo a modo de horizonte, en la escultura integra las obras en el espacio natural sin intención de alterarlo. Al igual que en sus cuadros, la fuerza procede del principio de la dualidad en el que todo gana en definición si incluye a su opuesto. El mismo recurso a la dualidad aparece en la escultura, por ejemplo, con el uso del negro, que resalta, al tiempo que sostiene o compensa, el resto de las formas, de modo que es tanto parte de la obra como su pedestal. El uso de pocos e intensos colores sirve para acentuar contrastes y dar mayor definición a las formas sobre el entorno.
El arte de Gottlieb se basa en construir y equilibrar conjuntos mediante la tensión entre contrarios que proporcionan una dialéctica infinita al espectador.
Gottlieb dibujaba a escala plantillas sobre planchas de madera para cada una de laspiezas de sus esculturas que, luego, un soldador recortaba en aluminio o acero y ensamblaba. Para terminar, Gottlieb las pintaba él mismo. La utilización del metal recortado, así como el uso de la pintura en la escultura, le relaciona formalmente con sus dos amigos, David Smith, el gran escultor del Expresionismo Abstracto, y Calder. En su escultura, como en la de Gottlieb, hay una especial insistencia en el plano pintado, aunque en lo relativo al tamaño y al carácter manual, se relacionan con las de su compañero Esteban Vicente, otro pintor que también se aventuró en la escultura.
Gottlieb se dedicó a la escultura durante apenas año y medio, entre 1967 y 1969. En ese periodo realizó 24 esculturas de pequeño formato. A partir de ellas, aunque inicialmente pensó en desarrollar toda una serie a gran escala, sólo lo hizo con tres, reproducidas en fotografías en esta exposición.
A través de las plantillas, maquetas y esculturas, se muestra también, de principio a fin, el proceso creativo de un tipo de obras que su autor quiso fueran un trabajo manual y accesible. Gottlieb realizó estas esculturas con más de sesenta y cinco años, en la cumbre de su carrera como pintor. Sin embargo, en sus propias palabras, le proporcionaron la sensación «de ser un joven escultor, alguien que acaba de empezar». Este sentimiento jovial se desprende de ellas y contagia al espectador.
Ésta es la primera vez que se expone en Europa la escultura de Gottlieb, y se hace con la práctica totalidad de su producción.