Diptych: Untitled (Díptico: Sin título), 1987.
Se inicia una nueva etapa de grandes formatos, lo cual era muy propio del exprexionismo abstracto. Aumentan las dimensiones de las obras, la sencillez de sus formas y de sus ritmos. Seguirá usando la pintura proyectada con el compresor de aire, como venía haciendo desde mediados de los años setenta. Los bordes netos y los bordes difuminados, lo táctil y lo óptico pueden convivir en una misma pintura.
En esta obra las masas de color aparecen como dispersas, casuales, sin embargo hay una composición ideada que se desarrolla siguiendo los amarillos en un eje sinuoso que lleva la mirada en un primer plano desde el área inferior derecha a la superior izquierda y el fondo lo cubre con masas azules y verdes. Las formas se desdibujan a favor del color. Tres colores básicos, amarillo, azul y verde, modulan su saturación en las relaciones mutuas que establecen y en la disposición que sobre el espacio encuentran. Ello es especialmente evidente en los amarillos y azules. Un motivo amarillo y luminoso que llama nuestra atención. Vicente presenta dos partes individuales que al fundirse suman dos composiciones en una tercera.