Entrance (Entrada), 1987.

Entrance (Entrada), 1987. Óleo sobre lienzo, 131,5 x 162 cm

El juego de ocres, amarillos y azules, la sutilidad de las relaciones que entre ellos establece, son notas que pueden ocultar la brillantez de otras no por menos evidentes, menos importantes. Como es habitual en él, recurre a una construcción que parece azarosa, casual, en la que cada motivo conduce al siguiente. El ángulo inferior derecho marca una dirección en la que varios motivos «entran» hacia el centro y componen, en su modulación, una verdadera entrada: un rectángulo blanco, parcialmente oculto, intensifica la luz de ese centro, y se comporta como eco del ángulo inferior derecho, también blanco. Toda la imagen vibra en la resonancia de unos colores con otros, en la que puede ser una apoteósis lírica de luz.