Untitled, 1956
Es una de las obras más importantes de este periodo. A mediados de los años 50 la obra de Esteban Vicente se caracteriza por la búsqueda, en el contexto del Expresionismo Abstracto, de un lenguaje personal. Este tipo de composiciones respecto de las obras inmediatamente anteriores, se caracterizan por el detenido y ordenado movimiento gracias a la creación de formas cuadradas, que aparecen aisladas en el centro del cuadro. Denotan equilibrio, satisfacción y serenidad. El gesto pictórico que protagonizaban las obras de los primeros años de la década de los 50 parece desplazarse del plano del cuadro a su espesor, de forma que la amplitud del gesto queda reducida a una especial intensidad de la pincelada, que acumula materia pictórica produciendo una impresión táctil. Aplica varias capas de color, unas sobre otras, sin dejar que el óleo se seque, de manera que los colores se entremezclan y dan lugar a una gran variedad de matices. Los rectángulos son figuras estables, especialmente si están alineados con los bordes del lienzo además, el que estén compuestos por pintura muy espesa hace que parezcan más pesados.